11 Dolores Vinculados a Tu Estado Emocional

El dolor funciona como un mecanismo para que el cuerpo envíe un mensaje, para mostrar que algo anda mal. “Sin el dolor, dañaríamos mucho más nuestro organismo por un simple descuido. Imagina las luces en el salpicadero de tu coche que te muestran cuando la gasolina ha llegado a la reserva, cuando el motor está sobrecalentado, bajo nivel de aceite, etc. Esta característica muestra a tiempo lo que debe arreglarse antes de que nos pongamos en riesgo. El dolor es nuestra ‘señal de luz’ para prestar atención”, dice Rita.

Cuando se investiga la causa de un dolor, el especialista evalúa varios sistemas que pueden influir en su aparición. Mediante pruebas se descartan las posibilidades hasta llegar al diagnóstico. “Las enfermedades pueden tener distintos orígenes: virus, bacterias, herencia, procesos inflamatorios, accidentes, alergias, contaminación, mala alimentación, mal uso de medicamentos y también estados emocionales nocivos. Solo una buena consulta médica diagnosticará con seguridad la causa del dolor”, refuerza la psicóloga.

¿Cómo puede el estado emocional influir en la salud?

En presencia de estrés, los músculos se tensan, provocando un dolor específico. El estrés, a su vez, aumenta el cortisol en la sangre, alterando el ritmo cardíaco. “Todo esto cambia el cuerpo en general, incluidos los músculos, poniéndose tensos y reflejados en el dolor. Además, las personas con trastornos emocionales y deprimidas tienden a mantener una mala postura y terminan por no realizar ejercicios, provocando así dolores musculares”, destaca Carlos Górios, ortopedista de la Red Hospitalaria São Camilo de São Paulo.

El proceso inflamatorio de este tipo de dolor es diferente a la reacción del cuerpo después de un trauma físico. “El proceso inflamatorio provocado por factores emocionales está relacionado con los cambios hormonales y el error de postura, mientras que en el otro caso postraumático hay una respuesta fisiológica del cuerpo al daño tisular o alguna otra situación, como una infección. Esto involucra a las células del sistema inmunológico, lo que lleva a la vasodilatación como respuesta vascular, aumento de la permeabilidad vascular que conduce al edema, aumento de la presión de los tejidos que causa dolor”, explica Górios.

¿Cómo se manifiestan estos dolores?

La región cervical, torácica y sobre todo la lumbar son las más afectadas. Esto se debe a que la columna vertebral es la encargada de sostener el cuerpo, por lo que la espalda acaba recibiendo una mayor carga en situaciones de estrés y cambios emocionales.

“Otro músculo que puede verse afectado es el músculo psoas, que conecta la columna con las piernas. En una situación de cambio emocional, con descarga de adrenalina, este músculo se tensa, dificultando la postura y provocando dolor de espalda. Esa región es llamada el ‘músculo del alma’, según la medicina oriental”, revela.

La psicóloga destaca que la tensión emocional puede ser provocada por los más diversos ámbitos de la vida, como el trabajo, el matrimonio, la familia, entre otros. “Cambios en el ciclo vital, como cambios en las fases comunes de la vida, pero que provocan sufrimiento, como la muerte de un ser querido, también son capaces de generar estos dolores”, dice Rita. Revisa algunos dolores que pueden surgir a causa de tu estado emocional y los motivos comunes que pueden desencadenarlos, según la psicóloga:

1. Dolor de cabeza: Tensión emocional y muchas preocupaciones. Personas que piensan demasiado y logran poco. Amargura con algún recuerdo de hechos pasados, entre otros.
2. Dolor de cuello/cuello: Fuerte tensión emocional, conflictos entre la razón y los sentimientos, entre otros.
3. Dolor de hombro: Sobrecarga de tareas, tensión emocional, timidez, miedo, inseguridad, entre otros
4. Dolor en la espalda: Miedo, impotencia, inseguridad, sobrecarga de tareas, tensión emocional, entre otros.
5. Lumbalgia: Sobrecarga de tareas, tensión emocional, miedo, inseguridad, entre otros.
6. Dolor en las manos: Sobrecarga de tareas, tensión emocional, miedo, inseguridad, entre otros.
7. Dolor en las articulaciones: Sentimientos de impotencia, gran tensión emocional, miedo y tristeza. Rigidez de pensamientos, inflexibilidad, entre otros.
8. Dolor muscular: Tensión, energía acumulada, tristeza, miedo, ira, conflictos existenciales, entre otros.
9. Dolor de estómago: Tensión, irritabilidad, conflictos no resueltos, dolor, ira, nerviosismo, entre otros.
10. Dolor de cadera: Sobrecarga de tareas, tensión emocional, miedo, inseguridad, entre otros.
11. Dolor de rodilla: Sobrecarga de tareas, tensión emocional, miedo, inseguridad, entre otros.

formas de tratamiento

La terapia de este tipo de dolor debe tener un abordaje multidisciplinario, que puede incluir médico, psicólogo, fisioterapeuta, educador físico, además de otros profesionales. “El tratamiento con medicamentos incluye analgésicos y antiinflamatorios, ‘antidepresivos’ (que en realidad sería mejor llamarlos moduladores de la serotonina y la noradrenalina), anticonvulsivos y opioides”, dice la psiquiatra Milene Busoli. También destaca la actividad física como un factor esencial para la recuperación. “En general, actividades en el agua, Pilates o actividades más intensas, siempre que sean supervisadas. Otros tratamientos incluyen fisioterapia, acupuntura y masajes. La terapia en general tiene como objetivo la adaptación y aceptación de la condición, y el enfrentamiento de los miedos relacionados con la actividad, la vuelta al trabajo, así como el sentimiento de culpa y de inadecuación”, concluye.