¿Cómo sé si estoy en una relación abusiva?
Relación abusiva: ¿Cuándo se puede decir que una relación está “enferma”?
Siempre es mejor prevenir una situación patológica en la relación, identificando cuanto antes los elementos que pueden condicionar un proceso complejo.
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Dependencia, morbo, alejamiento de la inversión social, falta de intimidad y complicidad física y psíquica, celos, apego excesivo, miedo a ser traicionado, desvalorización del otro, pasividad, pero también intolerancia familiar, agresividad, separaciones frecuentes, desinversión en proyectos de pareja, estos son algunos de los rasgos que pueden indicar una involución del vínculo de pareja.
De un vínculo completamente nuevo que implica una fase de conocimiento y autorreconocimiento en el otro, se pasa pronto a una fase de desencanto, donde el límite que el otro nos propone frente a nuestras expectativas, creencias y muchas veces nuestras demandas se vuelve más claro. .
El análisis de las distintas fases de la relación de pareja permite identificar los puntos ‘críticos’ de ruptura e inestabilidad en la relación.
Sabemos que la pareja pasa por ciertas fases evolutivas que consideran una primera fase simbiótica que corresponde al inicio del noviazgo y que sirve para establecer un vínculo intenso, de complicidad y reconocimiento mutuo.
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En esta etapa, las similitudes se amplifican y las diferencias se reducen (idealización). Es un momento de fusión que se convierte en síntoma de dependencia, miedo y angustia de abandono, objeto de manipulación, si dura más de un año (pareja simbiótica).
Pasado este periodo, comienza una fase de diferenciación en la que la percepción de la magia va decreciendo progresivamente e, incluso a nivel neurobiológico, la respuesta dopaminérgica afloja el ‘agarre’ y la pareja consigue aprehender los aspectos reales de la pareja, rebajar sus méritos y reconocerlos, los límites.
La pareja sana reconoce las diferencias e individualidades y trabaja la aceptación, la comprensión y la cooperación, gestionando las diferencias de forma constructiva y satisfactoria para ambos.
Los intentos de resistir este camino de individuación y diferenciación conducen a la manipulación del otro en la creencia de que puede cambiar y/o intenta ocultar o negar el conflicto.
¿Cómo sé si realmente estoy viviendo una relación abusiva con mi pareja?
Bueno, aquí tenemos una lista de 10 cosas que indican que estás en una relación abusiva y que nunca debes aceptarlo dentro de una relación:
- La afirmación de tu pareja de saber qué es lo mejor para ti.
- Manipulaciones afectivas (devaluación y sobreestimación del otro).
- No admitir los propios errores (arrogancia, narcisismo, desvalorización de los sentimientos del otro, sarcasmo…).
- No saber cómo disculparse.
- Egoísmo (ponerse siempre en el centro de la relación imponiendo su propia visión y necesidades).
- Chantaje afectivo (utilizar el afecto y la disponibilidad del otro como medio para conseguir y satisfacer las propias necesidades -narcisistas e inseguras-, trascendiendo así la relación y el reconocimiento del otro como individuo).
- Dependencia afectiva.
- 8. No saber jugar en equipo con un enfoque constructivo y no de desafío, manipulación o incluso monotonía y pasividad.
- Una relación monótona que no sabe construir, planificar, crecer.
- Y, por supuesto: violencia verbal , psicológica y física .
Si has encontrado estas características dentro de tu relación, es hora de repensar y tomar la mejor decisión para ti y, en consecuencia, para tu salud mental.
Puede que no sepas cómo terminar esta relación, pero por tu seguridad, cuanto antes suceda, mejor. Continuar una relación que se ha vuelto tóxica para no crear una ruptura definitiva crea aún más problemas que hacen aún más dolorosa la separación, pero también la propia convivencia.
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