Si te importa mucho, tienes que leer esto.
Si eres el tipo de persona que se preocupa mucho por todo, tienes que leer esto.
Hoy en día, la preocupación está arraigada en nuestra mente y en nuestra vida diaria. Pero la pregunta es ” ¿por qué nos importa tanto ?”
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Preocuparse es natural y puede ser útil para solucionar problemas esperados o inesperados, pero estar constantemente preocupado o preocuparse demasiado es agotador para nuestra salud mental y emocional. Mantener este patrón de pensamiento catastrófico afecta nuestra vida diaria, convirtiéndonos en personas menos productivas y más propensas a enfermedades como úlceras, problemas cardíacos y ansiedad.
Anticipar problemas que aún no han sucedido y que tal vez nunca sucedan genera un sentimiento de incapacidad, quedándonos estancados en eso, sin salir del lugar. No es saludable cuando ocurre con frecuencia y se interpone en su rutina.
Pero ¿por qué nos importa tanto?
Bueno, esta es una pregunta que aparentemente no tiene respuesta. Casi todo lo que hacemos en el día a día nos genera preocupaciones.
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Siempre tenemos a ese pariente inconveniente que le gusta recordarnos que el hijo del vecino pasó ese concurso importante o que su amiga de la escuela está en un viaje de ensueño, y “solo tiene 24 años”. Entonces, casi automáticamente, creamos preocupaciones acerca de cómo la vida de la otra persona es perfecta y la tuya no lo es. ¿Que nunca?
Resulta que actualmente vivimos en una sociedad demasiado preocupada por tener y no ser . Por lo tanto, creamos un millón de problemas inútiles que nos generan frustraciones innecesarias. Siempre nos estamos preparando para lo peor y evitando en la medida de lo posible afrontar ciertas situaciones. Cuando surgen estas situaciones, aún después de todo el proceso preocupante, no estamos preparados.
La preocupación no te protege
Preocuparse en exceso no te protege, y mucho menos te prepara para lo peor. Simplemente nos quita la paz en los momentos previos y posteriores al problema, convirtiéndonos en personas extremadamente ansiosas y angustiadas.
Aunque hayamos imaginado, durante varios días, las infinitas probabilidades posibles de “desviar” el problema, en algún momento habrá que afrontarlo. Así que de nada sirve darle vueltas a contratiempos y molestias inútiles, a menos que quieras perder la tranquilidad y la calidad de vida.
Estrategias para superar las preocupaciones.
Antes de pasar horas y horas de tu día peleando con un problema, analiza si realmente vale la pena o si no estás perdiendo tu valioso tiempo.
Crea una rutina que establezca horarios para todo lo que haces durante el día e incluye unos minutos (minutos, ¿ves? no horas) para pensar en tus problemas y esforzarte por encontrar soluciones. Este será tu momento para finalmente realmente preocuparte.
Considere si esto es, de hecho, un problema. Muchas veces nos ponemos ansiosos y preocupados por cosas que ya tienen solución o ya están resueltas. Por lo tanto, tome lápiz y papel y anote los que considere que pueden ser un problema potencial. Tus preocupaciones también deben ser productivas.
Tómate un descanso de tus problemas. Elige un día de la semana para cuidarte, exclusivamente para ti. En este día, no dejes que nada te quite la paz interior y si surge algún problema, permítete solucionarlo en otro momento (si no es urgente).
Aceptar los problemas . Todos tenemos problemas a lo largo de nuestra vida y eso no va a cambiar. Necesitamos aprender a vivir con ellos, siendo capaces de perdonarnos a nosotros mismos por las posibles incertidumbres y dudas que vendrán en el futuro. Sentirse ansioso y preocupado por cosas que aún no han llegado y que tal vez ni siquiera lleguen solo dañará su salud.
Las personas también pueden contribuir a que tu ansiedad aumente, así que aprende a filtrar quién suma y quién resta en tu vida. Elige a las personas adecuadas para compartir inquietudes o momentos, preferiblemente personas que te ayuden y no empeoren tu situación. Busca personas positivas y productivas que, en lugar de complicarte las cosas, aporten algo a tu vida.
La meditación también puede ayudarte mucho a controlar los pensamientos ansiosos, sacándote del futuro y devolviéndote al presente. Practique diariamente cada vez que se sienta ansioso y preocupado.
preocupación y culpa
Al preocuparte estás mirando hacia adelante, viendo amenazas y desastres para tu futuro. Cuando te sientes culpable estás mirando hacia atrás, culpándote de las desgracias y desilusiones.
Para controlar las preocupaciones innecesarias, debe controlar las emociones y los pensamientos negativos que están detrás de ellas. Reemplace los pensamientos negativos con afirmaciones positivas. Practique sus autoafirmaciones racionales cada vez que se sienta preocupado por algo que no es importante.
Y recuerda siempre la poderosa frase de Shantideva, sabio budista indio del siglo VIII d. C.: “Si puedes resolver tu problema, ¿por qué molestarte? Si no puede resolverlo, ¿cuál es la necesidad de preocuparse?
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