¿Qué necesitas saber sobre la claustrofobia?

La claustrofobia proviene de la palabra claustrum que significa “lugar cerrado”, y de la palabra griega phobos , que significa “miedo”. Es un tipo de trastorno de ansiedad en el que un miedo irracional a no tener escapatoria de una situación particular o lugar cerrado provoca un ataque de pánico.

Las personas con claustrofobia evitan los lugares cerrados, por ejemplo: ascensores, una habitación pequeña sin ventanas, tomar un avión, tomar el metro y algunas personas han informado que usar ropa ajustada también puede causar una sensación de pánico.

Los estudios indican que el 7% de la población o el 10% son claustrofóbicos. Este miedo es involuntario y hace que las personas lleven una vida de restricciones en las actividades cotidianas, aun sabiendo que no existe un peligro real.

A pesar de que los síntomas son graves, muchas personas simplemente los ignoran y no buscan el tratamiento adecuado.

Diagnóstico

Esta es una de las fobias más comunes. Para algunas personas, puede desaparecer por sí solo, pero para otras, se necesita un seguimiento médico o una terapia para aliviar y aprender a lidiar con los síntomas.

Un psiquiatra o psicólogo realizará el diagnóstico y sugerirá el mejor tratamiento, ya que es necesario descartar cualquier otro tipo de trastorno ya que se puede confundir fácilmente el trastorno de pánico con la claustrofobia. Por ejemplo, si estás en un lugar específico (metro, tren, avión) y experimentas un ataque de pánico, la tendencia es que comiences a evitar esos lugares, ya que crees que fue la circunstancia que generó la crisis.

Para que se diagnostique la fobia específica, se deben cumplir algunos criterios, por ejemplo, podemos mencionar que la fobia debe persistir durante algún tiempo, generalmente 6 meses o más.

No esperes a que la fobia se convierta en algo más grave, busca ayuda.

Síntomas

La claustrofobia es un trastorno de ansiedad que puede aparecer en la infancia o incluso en la edad adulta y los síntomas son similares a los ataques de pánico, entre ellos:

• Boca seca
• sudoración y escalofríos
• Ritmo cardíaco rápido y presión arterial alta
• Mareos, Desmayos, Vértigo
• hiperventilación
• calor excesivo
• Dolor de cabeza
• Náuseas
• temblores
• entumecimiento
• Opresión en el pecho y dificultad para respirar
• respiración dificultosa
• desorientación
• miedo a alguna enfermedad

Los síntomas pueden ser leves o graves y pueden interferir con sus actividades cotidianas comunes.

Tratamiento

Después de un diagnóstico médico, se pueden recomendar algunas opciones de tratamiento, como:

Terapia con medicamentos: los antidepresivos y los relajantes pueden ayudar a controlar el síntoma, pero no resuelven el problema. Por lo general, se recetan medicamentos y alguna otra terapia para que pueda comprender las causas de su fobia y sepa cómo tratarla.

Terapia cognitiva conductual (TCC): El objetivo de esta terapia es entrenar la mente para que no se sienta amenazado por los síntomas.

Es posible que se exponga gradualmente a situaciones de luz en espacios pequeños. Un terapeuta conductual le enseñará cómo cambiar sus pensamientos negativos sobre una experiencia que una vez le provocó claustrofobia. Al aprender a domar tus pensamientos, será más fácil cambiar tu reacción ante ciertas situaciones.

Relajación y visualizaciones: Existen técnicas de relajación y visualización que son capaces de aliviar los síntomas. La meditación puede hacer que los pensamientos negativos sean reemplazados por pensamientos positivos.

Medicina alternativa o complementaria: Se pueden utilizar suplementos y remedios naturales para calmar los estados de ánimo y reducir la ansiedad.

Para lidiar con tu claustrofobia necesitas entender que estás experimentando algo y que no eres ese algo. Todo lo que estás sintiendo pasará. Un consejo es practicar yoga, hacer ejercicio o programar un masaje relajante para distraer la mente y disminuir las preocupaciones excesivas.

¿Qué hacer si crees que tienes Claustrofobia?

La claustrofobia es tratable y las personas pueden recuperarse de esta condición. Si experimenta algún síntoma, es importante contactar a un profesional de la salud mental o un médico de confianza lo antes posible para asegurarse de que las condiciones no empeoren.

También es importante no resistir el ataque de pánico cuando sucede. Es posible que desee evitar que suceda, pero si no puede detenerlo, puede aumentar su ansiedad y empeorar sus síntomas. En su lugar, acepte lo que está sucediendo y recuerde que el ataque de pánico no pone en peligro la vida y siempre pasará.

¡Busca ayuda!